“Una vez que el material se carga por un periodo de 10 a 12 horas
tiene la posibilidad de emitir luz, comenzando con una luz intensa que luego va
disminuyendo gradualmente por periodos de 8 a 12 horas, dependiendo de la
calidad del material y de la intensidad de carga”, apuntó Rubio.
Rubio, miembro nivel I del Sistema Nacional de Investigadores,
contó que el costo del cemento es de cinco a siete veces más caro y por eso
actualmente trabaja en su optimización e intenta “reducir costos lo más que se
pueda, pero sin bajar la calidad, para que llegue al mercado con la mayor
amplitud y a todos los sectores”.
La mayor propuesta para su aplicación es como recubrimiento en
adoquines o mosaicos, que llevarían sólo una película muy delgada, ya que no se
requiere que toda la masa sea de concreto fosforescente sino sólo una parte.
El diseño de Rubio y su equipo de trabajo ya tiene una patente
otorgada a la Universidad Michoacana por el Instituto Mexicano de la Propiedad
Industrial y esperan registrar dos o tres
más que se derivan de este mismo trabajo, pero con otros materiales.
El investigador contó que un punto importante es la
comercialización y el marketing del producto, y tanto en México como en el
extranjero ha recibido algunas propuestas de compradores, vendedores e inversionistas.
Entre otras, Rubio ha recibido propuestas para tener
distribuidores o agentes de ventas en Argentina, Brasil, Chile y España, donde
están interesados en su aplicación en carreteras.
No hay comentarios:
Publicar un comentario